Su pasión por la anchoa llevó hace tres años a Sergio López De Guereñu, un bilbaíno afincado en Santoña desde el año 2009, a lanzarse al sector conservero con su empresa La Machina.
Aunque se inició en la elaboración de la anchoa, el bonito y después incorporó el relanzón, la inquietud de este emprendedor le llevó a dar un paso más en este mundo y buscar sabores diferentes. Fue en plena pandemia por la covid-19, cuando se le ocurrió unir el aperitivo en un octavillo: anchoas y vermouth, un producto y una bebida para el picoteo.